Si eres como la mayoría de los autónomos, no te imaginas volver a trabajar de 9 a 5. Ser tu propio jefe es increíble. Ser tu propio jefe es increíble: tú decides tu horario, diseñas tu flujo de trabajo y eliges tus proyectos.
Sin embargo, una gran libertad conlleva una gran responsabilidad. Diriges una empresa unipersonal y tienes mucho que hacer. Uno de los aspectos más importantes de ser autónomo, y uno de los que más se pasan por alto, es la responsabilidad personal. Aunque no pertenezcas a una gran organización, los autónomos están sujetos al escrutinio legal y a las repercusiones financieras a las que suelen enfrentarse las grandes empresas.
Si gestionas tu negocio como autónomo -lo sabrás si recibes pagos a través de tu número de Seguridad Social-, eres el único que está en el punto de mira cuando las cosas van mal. Si eso te parece un trato injusto (alerta de spoiler: ¡lo es!) o si ya has oído hablar de las LLC, las S Corps y las C Corps y quieres saber más sobre cómo funcionan, sigue leyendo.
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